Alicante
DATOS GENERALES
Situación Geográfica: Latitud: 38.20 N / Longitud: 0.29 O
Superficie del término municipal: 201,27 Km².
Nº de habitantes: 329.988 (a 1 de enero de 2017).
Densidad: 1.677 Hab./Km.
Altitud: 0 Mts.
Distancias Kilométricas:
- Valencia-Alicante: 182 Km.
- Madrid-Alicante: 432 Km.
- Barcelona-Alicante: 544 Km.
LUGARES DE OCIO
Alicante es ciudad dinámica por su condición de capital de la cuarta provincia de España en población y Producto Interior Bruto así como por ser sede de la Oficina de Armonización del Mercado Interior de la Unión Europea, poseyendo además su universidad más de 30.000 alumnos. Pero también se goza de la diversión en unas áreas muy bien delimitadas.
El casco antiguo, conocido como El Barrio, se extiende alrededor de la concatedral de San Nicolás y adquiere su mayor encanto por la noche cuando sus calles y plazas son invadidas por un público de muy diverso talante y edad pero extremadamente jovial que llena los numerosos pubs, bares y mesones de un ambiente alegre y desenfadado, siendo también factible encontrar algún restaurante de alto nivel así como sitios más tranquilos para tomar una copa y minicines.
En algunos locales, con una decoración muy sugerente y ubicados en casas antiguas de atractivas fachadas, podemos encontrar música en vivo, sobre todo jazz, y exposiciones artísticas. Calles como San Isidro, San Pascual, Labradores y Cienfuegos y plazas rotuladas con los nombres del Abad Penalva, San Cristobal, Santísima Faz y Quijano, con todas las aledañas, son óptimos referentes.
Otra zona de gran encanto pero que se contrapone con la anterior en su modernidad es El Puerto donde encontraremos un extraordinario ambiente jalonado por restaurantes de gran fama, tascas marineras, mesones, pizzerias, cervecerias, pubs, bares, heladerías, bingos, tiendas, acuario y un museo de miniaturas.
Se localiza en el puerto deportivo de Alicante lo que garantiza una magnífica visión marítima, estando animada a cualquier hora del dia porque además cuenta con amplios paseos junto al mar. Durante los meses de julio y agosto tienen lugar en la plaza del Puerto Viejo unos Festivales Internacionales con actuaciones artísticas (conciertos, jazz, recitales, teatro, danza, etc.) de primera fila.
El último sitio que incorporar a la lista de zonas de ocio se halla en la Gran Vía, muy cerca de su intersección con la avenida de Denia, en Vistahermosa. Allí encontraremos un gran complejo comercial de inspiración mediterránea con más de cien tiendas, incluido un hipermercado, restaurantes, hamburgueserías, cafeterías, nueve cines. etc.
LAS PLAYAS
Decía el insigne escritor local Gabriel Miró que Alicante era una ciudad traspasada de Mediterráneo y no le faltaba razón. Su espléndida fachada litoral se extiende a lo largo de unos quince kilómetros de costa que se ven jalonados de espléndidas playas, la mayoría de ellas llanas y arenosas pues unicamente el cabo de las Huertas registra accidentes en el terreno. La bandera azul de la Unión Europea que ondea en casi todas ellas es garantía de limpieza, calidad de las aguas y óptimos servicios.
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Playa del Saladar
Comenzando por el sur existe una playa extensa y muy bien dotada, la más tranquila de todas al ser poco conocida por los turistas foráneos. Se halla muy cerca del aeropuerto de El Altet y su denominación oficial es Playa del Saladar, en recuerdo de las zonas lacustres que allí cerca hubo, aunque es popularmente conocida por Urbanova, nombre del complejo residencial que se extiende frente a ella. Sin problemas de aparcamiento ni de espacio para situarse cómodamente en la arena, se disfruta desde la misma de una maravillosa visión panorámica de la ciudad y bahía de Alicante.
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Playa del Postiguet
En el mismo centro de la ciudad se halla la playa del Postiguet, junto a la zona de ocio del puerto deportivo y con un paseo de palmeras paralelo. Cuidada a diario posee todos los servicios precisos para hacer confortable la estancia en ella, tanto los propios como los de su entorno urbano. En su parte última, junto a la estación del ‘trenet’ de La Marina, tras la obra de regeneración de la franja arenosa, se ha recuperado la antigua playa del Cocó donde antaño arribaban las barcas de pesca.
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Playa de la Albufereta
Siguiendo en dirección noreste, pronto nos encontraremos con la playa de la Albufereta que toma su nombre de la pequeña laguna litoral o albufera que allí hubo, donde existió un puerto en torno al cual creció la ciudad íbero-romana de Lucentum, orígen del actual Alicante. Esta playa tiene la ventaja de estar muy resguardada de las mareas siendo excelente para un baño seguro y la práctica de actividades deportivas acuáticas, estando igualmente bien dotada de infraestructuras.
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Playa de la Almadraba
Continuando por la franja costera nos encontraremos con otra playa más pequeña que la anterior pero igualmente de arena, es la playa de la Almabraba que suele ser utilizada casi en exclusiva por los habitantes de los complejos residenciales que la rodean.
- Cabo de las Huertas – Calas
Enseguida arribaremos al cabo de las Huertas o de la Huerta cuyo entorno da pie a calas rocosas y discretas por su difícil acceso, como la de los Judfos, haciendo ello posible que dos de ellas, las llamadas de Cantalares y Palmera, sean de uso naturista.
- Playa de San Juan
Una vez pasado el faro del cabo nos aparecerá en toda su magnitud la más espléndida playa del termino municipal de Alicante, San Juán, con sus casi siete kilómetros de una generosa franja de fina arena flanqueada por multitud de establecimientos hosteleros y de ocio que garantizan una buena oferta complementaria donde incluir un excelente campo de golf de 18 hoyos que se encuentra a sus espaldas y los servicios asistenciales que en cualquier momento se pueden precisar ya que la Playa San Juán se ha convertido en un barrio residencial más de la ciudad.
EL CASCO ANTIGUO
Una ciudad moderna y cosmopolita como Alicante tiene un barrio viejo, a menudo poco o nada conocido para el visitante e incluso para el ciudadano local, que guarda secretos y que puede sorprender como rincón típico y remanso de paz donde el reloj parece haberse parado en el tiempo.
Arracimado sobre las laderas del monte Benacantil cuyo Castillo de Santa Bárbara le servía de protección, va desarrollándose un casco antiguo donde se han descubierto vestigios tardorromanos, restos de murallas medievales y calles de la Edad Moderna.
Dentro de sus límites se encuentra el conjunto histórico-artístico más importante así como uno de los núcleos vitales de la ‘movida’ nocturna. Como ya consta en otras paginas, hablamos de El Barrio, así sin más.
Pero aquí nos interesa detenernos en las fachadas polícromas y restauradas de numerosas casas de la zona baja, con sus añosos miradores, recomendando, casi obligando, dejar un coche que se perdería entre las estrechas calles para asi realizar el recorrido a pie, sosegadamente, haciendo un alto en el camino para reponer fuerzas en alguno de los bares que vayan jalonando nuestro paseo.
A espaldas del Ayuntamiento, en la recoleta plaza de la Santísima Faz, podemos iniciar el recorrido, ascendiendo por la calle de San Agustín hasta llegar a la plaza de Quijano, una de las más antiguas de Alicante. De ahí, a través de la calle de Pedro Sebastià arribaremos a la de San Roque, copatrón de la ciudad, donde se encuentra la ermita del mismo nombre, erigida en 1559, reconstruida en 1875 y restaurada muy recientemente. En su interior se encuentra el Cristo Gitano, grandemente venerado por las gentes del barrio donde ya nos encontramos, que no es otro que el Barrio de San Roque, el mas típico de Alicante.
En calles como las de Toledo, San Luis y Diputado Auset descubriremos el Alicante oculto, insólito, de casas pulcras, con fachadas coloristas cuajadas de flores, rejas de forja, mosaicos de azulejería donde descubrir el afecto que sienten sus moradores por la Santa Faz y tambien algunas viejas fuentes. Calles empinadas, angostas, de reminiscencias árabes, casi silenciosas que van a morir en la ermita deiciochesca de Santa Cruz, allá en lo más alto, con una explanada delante de ella donde se escuchan conciertos de música clásica en verano y desgarradoras saetas cuando la Semana Santa propicia que de aquel humilde lugar salga la más hermosa y emotiva procesión alicantina cuyos costaleros tendrán en algunos tramos que bajar los pasos, uno de ellos nunca mejor llamado del Descendimiento, de rodillas.
Las cámaras de fotos y vídeo deben estar bien prestas para ir perpetuando unas vistas panorámicas espectaculares donde, con la inmensa mole del Benacantil como guardián y mudo testigo, se descubrirán rincones, facetas, encuadres en los que el sabor rancio de unas casas seculares contrastarán con los rascacielos de la urbe que deja, como murmullo de fondo, escuchar esos ruidos que marca el progreso.
HISTORIA DE LA CIUDAD DE ALICANTE
El emplazamiento de Alicante, en un área de convergencia de caminos naturales ubicado frente al mar y protegido por varios cerros de gran valor defensivo, fue decisivo para propiciar los primeros asentamientos humanos. Existen vestigios de la existencia en la Edad del Bronce de un yacimiento ubicado en la Serra Grossa datado en el segundo milenio a.C. Igualmente hay numerosos restos de la época ibérica resaltando los de la Albufereta con la destacada ciudad fortificada del Tossal de Manises constatándose una ocupación desde el s. IV a. C. hasta los s. III y IV d.C.
También está constatada la existencia de la ciudad romana denominada Lucentum. La primera ciudad musulmana se desarrolla al pie del Benacantil por motivos defensivos. Alicante se convirtió en un punto de aprovisionamiento marítimo y se gestó un floreciente comercio.
En 1244 por el tratado de Almizra, se fijan las fronteras entre Castilla y Aragón quedando Alicante incluida entre los territorios castellanos. Tres años después, en 1247, la ciudad fue conquistada por Alfonso X construyéndose así la «Vila Nova» en contraposición con la «Vila Vella» musulmana. En 1296 Jaime II incorpora definitivamente la villa de Alicante al Reino de Valencia y dos siglos después, en 1490, Fernando II el Católico eleva la villa de Alicante al rango de ciudad.
En el siglo XVI se produjo un gran crecimiento poblacional debido al desarrollo del comercio, artesanía de exportación y a una próspera agricultura local. En esta época se inició la construcción de dos arrabales extramuros: el marítimo de San Francisco y el Interior de San Antón. La ciudad duplicó sus habitantes de 1510 a 1609. En los siglos XVII y XVIII el puerto dinamiza las transformaciones urbanísticas de la ciudad, se habilita para comerciar con América y se crea un consulado de Mar y Tierra para fomento de la navegación y la agricultura. En 1797 Alicante ya contaba con veinte mil habitantes.
El siglo XIX se caracteriza por la demolición de las murallas, la creación de nuevos barrios y la llegada del ferrocarril. Pero es en el siglo XX cuando la intensificación de las actividades secundaria y terciaria, su consolidación como centro de servicios y el desarrollo turístico provocan el desarrollo actual de la ciudad.